martes, 18 de abril de 2017

LA MISMA BATALLA.

LA MISMA BATALLA.
Hace cuarenta años Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en una entrevista que se le realizo poco antes de morir asesinado, expresó muchas opiniones que parecen hechas hoy en día en el mismo contexto político y social además de muy acertadas. Dijo Pedro Joaquín:
“Buscar unidad, buscando pactos o firmando papeles no conduce a nada. Convocar a un plebiscito para que el pueblo desde abajo decida a quién poner de candidatos, si a los que firman pactos o a los que nunca han claudicado.
Se debe fortalecer la oposición nacional, ningún grupo o partido por separado puede enfrentarse con éxito al Somocismo, para conseguir una unidad política inclusiva y más justa. Ninguno por separado jamás tendrá éxito en enfrentar a la dictadura.

Diálogo nacional debe ser con participación amplia para concretar los reclamos y conducir a una solución nacional sin Somoza. El problema es Somoza, él ha creado los problemas del país estableciendo una dictadura dinástica a base de represión, de fraudes electorales, trayendo violencia e insurrección. El diálogo debe ser para salir de la dictadura, no para transar con la dictadura, que se respeten los derechos humanos, el derecho a elegir para salir de la dictadura no para alargar la dictadura con pactos. Nos están quitando algo que nunca hemos tenido y es el poder de elegir y ser electos, el derecho a elegir libremente a sus autoridades. El pueblo está frustrado y difícilmente volverá a creer en los políticos que fueron muy estimados y después pactaron con el tirano”. Fin de las citas.

Ahora yo me pregunto si para el actual régimen autoritario y totalitario junto a sus fuerzas armadas y policiales,  es necesario volver a llegar al extremo del aniquilamiento de una de las partes para abrirse paso a la democracia y a una verdadera libertad con paz.

Cada día estamos más divididos, polarizados e irreconciliables y el origen de todo este problema como todos los problemas que nos agobian es precisamente, el tirano Daniel Ortega, él es, el único y principal culpable de todo lo mal que va el país y de todo lo malo que funciona y está corrompido como un cáncer que carcome.

Los que están en la acera de enfrente, quienes nos agreden, nos insultan y ofenden desde la comodidad del poder político y del dinero abundante se olvidan que este es también nuestro suelo patrio al que tenemos derecho a convivir y compartir. Qué lejos está el COSEP de antes que defendía con vigor y valor a la democracia y las leyes junto a la libre empresa. Hoy son cómplices del trastorno constitucional y el derrumbe institucional por la ambición de poder.

Igual que ellos tenemos derecho a aspirar a la superación, la prosperidad, la tranquilidad de un hogar, de perspectivas y oportunidades de progreso y felicidad que ahora ellos acaparan y dominan solo para sus partidarios. Tenemos derecho al trabajo también sin ser excluidos o marginados como si solo ellos tienen que mantener  a su familia, darles de comer, vestirse, salir a pasear o entretenerse o como que si solo sus parientes se enferman y necesitan medicinas o ir al médico, no solo ellos sienten hambre, soledad, desesperación, frustración o que una casa digna es un derecho exclusivo para los sandinistas. Nosotros, los que no somos de su partido o de su ideología, no somos animales o sub humanos ni seres descartables que merecemos morir de hambre, de frío o de enfermedad porque no somos de su ideología.

La mayor monstruosidad de un ser humano y pierde su humanidad, después de matar o asesinar, es cuando desecha a otro semejante, lo rechaza, lo condena al abandono, al olvido y la miseria. No hay que jugar con el estómago del hambriento, ni la enfermedad del agonizante o la desesperación del desempleado ni la frustración del excluido. Eso es una infamia perversa.
Ing. Marlon José Navarrete Espinoza.