sábado, 13 de mayo de 2017

Rusos imperialistas
Indignante y antipatriótico es la expresión más decente que pude encontrar como simple y cualquier ciudadano que soy, para calificar la injerencia militar rusa en Nicaragua, como parte de sus planes expansionistas de conquistar y colonizar el mundo. Daniel Ortega con tal de fastidiar a los gringos está entregando nuestro suelo y cielos a los rusos de Putin, esperando quizás que ante su represión contra el pueblo nicaragüense y ocultar sus atrocidades, Putin mande barcos de guerra y submarinos nucleares a defenderlo como con Bashar al Asad.
Rusia jamás ha sido amiga de Nicaragua, en el pasado nos enviaron armas para destrozarnos entre nosotros mismos, a los rusos no les importa que en nuestro país no haya democracia, ni respeto a los derechos humanos o que no exista un Estado de derecho, ni les preocupa que las instituciones del gobierno estén secuestradas al capricho del gobernante de turno.
Lo único que le importa a Rusia es convertir a Nicaragua en una gigantesca base militar de aprovisionamiento a sus barcos y aviones de guerra y una plataforma de espionaje que sirvan en el futuro contra Estados Unidos (EE. UU.), lo que nos ubica en el medio de la mira de las potencias sin ninguna necesidad ni beneficio y si es por el trigo donado, este salió a un precio demasiado caro porque es pagar a cambio de nuestra soberanía e independencia.
La Rusia de Vladimir Putin se ha destacado por invadir y destruir países vecinos, amenazar con sus armas nucleares al mundo y respaldar a dictadores asesinos, paranoicos y psicópatas que quieren gobernar a sus pueblos toda la vida, bajo el sometimiento del miedo, el terror y el silencio de los sepulcros a como hace el régimen se Siria, Irán o Corea del Norte.
Todos fuimos testigos de la barbarie de lanzar un arma química prohibida como es el gas sarín neurotóxico contra los pobladores en Idlib, Siria, matando a casi noventa personas, muchas de ellas bebés, niños, adolescentes, mujeres, ancianos y hombres de toda edad. Les provocaron una muerte tan angustiante, dolorosa y de mucho sufrimiento que no es posible ni concebible que la humanidad siga caminante sin sentir rechazo, horror, condena o pena. Ante este acto criminal, ni Rusia o Siria y sus aliados sintieron remordimiento sino que al contrario lo han justificado y defendido. Lo inmoral para el mundo civilizado es no haber hecho nada como antes, pero la respuesta de EE. UU. en este caso fue lo más acertado y justo.
Cualquier nicaragüense que ame a su patria debería hacer sentir su voz de protesta en cualquier medio posible a su alcance. Váyanse lejos rusos invasores, en Nicaragua no los queremos ni los necesitamos para que nos usen en sus propósitos imperialistas.

Marlon José Navarrete Espinoza.

11 de Abril de 2017.
A 100 AÑOS DE FÁTIMA.
Hace cien años en Cova de Irías, Fátima, Portugal, se apareció la virgen María a tres niños pastores muy humildes del campo y les entregó muchos mensajes para acrecentar su fe y alcanzar la paz en un momento en que el mundo, sobre todo Europa, se desangraba en una  sangrienta primera guerra mundial.  Advirtió Nuestra Señora que de no cambiar la humanidad y volver hacia Dios, entonces vendría una guerra peor que la primera  y así sucedió porque el mundo experimento la más grande y brutal de las guerras de todos los tiempos como fue la segunda guerra mundial, considerada hoy como un apocalipsis.

Desde esa fecha hasta hoy la humanidad no solo no ha cambiado sino que ha empeorado en su comportamiento, hablamos de que todos nosotros y yo mismo; somos más arrogantes, más individualistas, más egoístas, creemos que el mundo gira solamente alrededor de nosotros mismos, somos menos solidarios con el dolor ajeno y mas ciegos para no ver las heridas del otro, nos hemos vuelto más tacaños, pendencieros, absolutistas y destructivos con nuestra propia existencia y a la vez destruyendo y haciendo miserable la existencia de los demás.

Por suerte para nosotros Dios nos tiene mucha paciencia y misericordia, no actúa con una espada de venganza sino con un abrazo de amor al arrepentirnos y a través de la Virgen nos enseña que con ella no hay camino largo que no se haga corto, no existe fondo oscuro donde no se vea su luz, ninguna pena podrá alejar la esperanza, ni carga emocional que no encuentre piedad. No se impondrá ninguna frialdad humana al tibio consuelo de su palabra, ni la fuerte enfermedad que venza al espíritu que se sana por la grandeza de su bendición.

En estos tiempos en que la verdad está exiliada por la mentira y la intriga, la falsedad o hipocresía y la paz secuestrada por el capricho orgulloso del hombre altanero que se cree superior o intocable, que solo busca la grandeza material de poseer más con insaciable codicia; tu presencia luminosa no impide en nada ver que tu protección de madre nos alcanza aunque nuestras manos estén vacías, sea por falta de bondad o heridas mal gastadas por el tiempo desperdiciado de nuestra lúgubre y pasajera existencia.

Toda frustración palidece ante tu renovado y colorido consuelo celestial, arcoíris de protección para la tragedia y la fatalidad, riego de agua bendita interminable en una tierra cuarteada por la intensa sequía y el sol abrasador que quisieran secar el caudal de nuestra fuente de fe. Todo eso es Nuestra Señora de Fátima, María Madre de Dios y madre de nuestras madres que van al cielo por su sacrificada vida, madre nuestra, poderosa señora que nos acompaña y trabaja pidiendo por nosotros  ante su Divino Hijo Jesucristo. Gracias Madre, Virgen de Fátima.


Ing. Marlon José Navarrete Espinoza.