DEFENDAMOS EL CASTILLO DE NUESTRA FE Y FAMILIA. El hogar de todo ser humano es tan sagrado y especial como si fuera su propio gran castillo donde habita con todos a quienes ama y necesita y dentro de este se alberga todo lo que en su vida importa y vale más que el oro. Así como los Cristianos valientes defendieron la fe Católica frente al masivo ataque de los musulmanes Otomanos en el año 1565 en la isla de Malta, donde más de cuarenta y ocho mil Otomanos se enfrentaron a poco más de seis mil Cristianos combatientes, es decir con una diferencia de ocho a uno a favor de los musulmanes y aún así fueron derrotados por los tropas católicas de los CABALLEROS DE LA ORDEN DE SAN JUAN el 11 de SEPTIEMBRE de 1565, habiendo soportado y resistido cuatro meses de asedio y sitio bajo feroz ataque del cual los otomanos suponían que solo duraría cuatro días. La otra gran batalla sucedió posteriormente el 7 de Octubre de 1571 y fue la mayor batalla naval de la historia moderna hasta ese entonces donde 205 navíos Otomanos atacaron y enfrentaron a 204 navíos cristianos y cuyo saldo final fue una victoria contundente para La liga santa quienes hundieron 160 navíos Musulmanes, mientras los navíos católicos perdidos fueron solamente 13. Este combate naval cambió la historia para siempre ya que detuvo las ambiciones de conquista y expansión de los musulmanes y sobre todo los obligo a renunciar al gran premio que tanto deseaban que era invadir, destruir y conquistar el Vaticano para que toda Europa fuera del Islam. En ambas batallas decisivas predominó la fe y la valentía de los combatientes cristianos para derrotar a los invasores. Desde esa fecha en agradecimiento a la Santísima Virgen María por la victoria, el Papa instauró el 7 de octubre de cada año como el día de LA VIRGEN DEL ROSARIO, ya que los combatientes Cristianos rezaron el rosario antes de ir a la batalla y lo llevaban en su pecho para pedir su protección y también bendijera su lucha para lograr la victoria. Para el Cristiano Católico de hoy en día; le toca defender el castillo de su fe con otras armas y que siempre han sido y serán la confianza en DIOS y los sacramentos de la iglesia. De la misma manera que durante toda una vida construimos nuestro hogar de ladrillo en ladrillo, con sudor y cansancio, agotamiento a veces desgastante y extremo por las adversidades y calamidades de la vida, desbordamiento de los problemas que no alcanza la solución para todos y el alto costo de sobrevivir en permanente austeridad y pobreza, hacen que a veces esa confianza vacile y se derrumbe. Por eso es que de esa misma forma debemos resistir con oración y confianza a DIOS para derrotar a toda amenaza y ataque contra nuestra fe y nuestra familia. Nuestro propio castillo donde guarnecemos tanto nuestra fe como nuestro hogar y que son nuestra alma y corazón, se ven asediados sin piedad y atacados sin descanso, por las fuerzas del mal que se disfrazan de virtudes y donde la mentira es enaltecida como verdad, la perversidad cabalga con espada filosa buscando cortar toda esperanza de salida y victoria en brazos de nuestro Señor Jesucristo y María Santísima. Estas fuerzas malignas destructores de todo bien, quieren poner en entredicho nuestra lealtad a DIOS y a la iglesia con sus embustes, sus engaños y manipulación de la verdad. La pirámide del creyente debe ser siempre primero DIOS, Iglesia y Familia. La oración, la penitencia, la ofrenda de los sufrimientos personales y sobre todo la eucaristía son nuestras mejores armas para defender nuestra fe y al mismo tiempo nuestro hogar, nuestra familia, con el mejor escudo de impenetrable defensa que es el amor. Amor que renuncia a uno mismo para darse a los demás, para entregarse con brazos abiertos a la misericordia Divina. Que Santísima Virgen, Nuestra Señora del Santo Rosario nos consuele, nos bendiga y nos proteja siempre con su celestial mediación, para vencer todo aquello que amenaza con destruir el castillo de nuestra fe y nuestro hogar. Ing. Marlon José Navarrete Espinoza. Octubre 7 de 2021.