miércoles, 3 de diciembre de 2025
EL NOMBRE DE MARÍA.
Amor materno, ternura providencial,
Belleza espiritual que nunca cambia ni empequeñece sus virtudes.
Atributos desbordantes como los océanos, tan altos como montañas
Y tan extensos como las estrellas.
Toda mi adoración por esta hermosa bendición.
Multitud de besos resulta la lluvia copiosa que cae de las nubes,
Tal como si fuesen lágrimas de gratitud celebrando la noticia de tener;
Una madre celestial adornada de atributos y gracias con dones resplandecientes.
El nombre de María, es el de Reina del amor noble y piadoso,
Humildad y sereno silencio en el hogar de sus brazos extendidos.
Dulce expresión de compasión protectora,
Tranquilidad suplicante para aliviar el sufrimiento del horror.
El nombre de María se eleva con belleza blanca, pura, transparente e inocente,
como si contemplásemos la pureza de un manantial naciente.
Con gusto le regalaría preciosas piedras de diamantes, rubíes, esmeraldas y zafiros,
Si con eso yo pudiera acercarme al valor de su magnífica majestad virginal.
Al nombre de María no se le puede restar méritos o desaparecer su gracia,
Reemplazar su lugar santo, imposible. Reducirla a lo insignificante; jamás,
Muchos en la oscuridad o en incluso de día gritan furiosos que se le olvide o aparte,
Pero vana y diminuta es la riqueza terrenal para pretender ensalzar o enaltecer,
A quien ya tiene su trono por derecho y voluntad divina, la mayor riqueza imaginable,
Del Reino de los cielos, en la casa del Padre Eterno.
El nombre de María es parte de la salvación mía.
A Jesús llegamos por ella y Jesús redentor vino a través de ella en su humilde obediencia.
Ing. Marlon José Navarrete Espinoza.
3 de diciembre de 2025.
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