CAMINANDO ENTRE LOS EXTREMOS DE LA
IZQUIERDA Y LA DERECHA.
La
extrema izquierda pretende desaparecer a la empresa privada, está contra el
crecimiento del capital buscando ocupar el lugar de los empresarios para
convertirse en el único gran patrón desde el estado, en el regidor por
excelencia, deteriorando el progreso y controlando como si fuera policía
secreta mediante el espionaje, la vida de los pueblos, aplastando con opresión
toda manifestación de descontento-
No
gusta de producir riqueza pero le encanta regalar lo ajeno o lo que no ha
trabajado o no tiene en recursos financieros.
No
le importa el individuo como persona creativa para crecer en la vida, le
importa nada más la masa no pensante sin iniciativa para que no cuestione al
gobierno en sus errores y desaciertos. No quiere enriquecer personas, solamente
al estado y sus encumbrados dirigentes en abundantes privilegios mientras la
población, sufre de carestía de la vida, atraso, pobreza, miseria e ignorancia.
Se
convierten en parásitos del erario público, provocan estancamiento en la
modernización de los medios de producción y en el crecimiento de la economía,
generando mayores niveles de empobrecimiento. Los que viven bajo el dominio de
este sistema son pueblos muy rígidos y disciplinados pero a su vez viven
tristes, deprimidos, desilusionados, sin optimismo por la ausencia de
oportunidades para el crecimiento personal y superación económica.
Al
igual que la izquierda, la derecha radical no gusta de ver amenazado su
monopolio y trata d asfixiar mediante leyes mercantiles e injustas, a las
nuevas iniciativas privadas pequeñas junto a excesivos trámites burocráticos
para eliminar a la competencia.
Con
la derecha en el poder se acumula riqueza, la producción de bienes y servicios
se multiplican, existe libertad de empresa y de iniciativa pero a su vez
los oligopolios frenan la formación de nuevas ideas que desafíen sus productos
e impiden el crecimiento de estos nuevos negocios. En pocas manos o grupo de
poder, se controlan grandes proporciones de capital basado en la inmisericorde
explotación de los recursos con mano de obra barata o salarios de hambre y de gente
humilde sin posibilidades de crecer económicamente de forma independiente.
Vemos
un fenómeno social imperceptible pero real y es que las personas que trabajan
en estas condiciones son explotadas al máximo total hasta consumir sus energías
y juventud, agotando su existencia sin esperar algo mejor del futuro y una vez
que llegan a ese final de su vida útil para el exigente mercado laboral, son descartados
como objetos desechables o como trapo viejo de tela podrida, lanzados a la
calle del olvido y la ingratitud porque ya no sirven. Esta es la cultura del
descarte que vivimos en los tiempos modernos bajo una concepción de máxima
explotación y desecho.
Esto
es el oligopolio, la acumulación exagerada de riqueza y abundancia de dinero y
recursos en pocas manos, frente a una inmensa mayoría de explotados y relegados
a condiciones indignas e inhumanas de atraso, pobreza y marginación.
En
el presente las personas se han vuelto para ambos extremos ideológicos, en
mercancía que se vuelve desechable cuando ya no pueden dar lo que se les exige.
La ruta que transita el hombre moderno en su afán de vivir bien es: la
acumulación – explotación – derroche – abandono y finalmente la inevitable
decadencia.
Si
bien es cierto que el éxito no debe ser regalado sino que debe costar
sacrificios y esfuerzos, así como el crecimiento personal debe estar sujeto a
verdaderos deseos de superación basados en las aspiraciones y anhelos o los
sueños de cada quién; estos no deben ser bloqueados ni estrangulados por
sistemas políticos e ideológicos que antagonicen con el progreso personal y
colectivo en toda sociedad. Facilitar los medios de trabajo tampoco es regalar
para fomentar holgazanería y que se aprovechen vividores u oportunistas sin
escrúpulos. Lo correcto es abrir el camino para que aquellos que quieren
trabajar y sueñan en grande, se animen a comenzar la carrera para alcanzar el
éxito que desean y no implica por tanto, facilitarles en bandeja la meta a la
cual aspiran llegar.Esto es igual a darle las herramientas a un obrero para que pueda desempeñar bien su trabajo y lograr el producto final con satisfacción para todos.
En
este aspecto soy fiel partidario del capitalismo y de la derecha que abre
puertas brindando oportunidades y así entre todos juntos logremos el
crecimiento individual junto al de la comunidad y la nación. Algo a lo que
todos tenemos derecho irrenunciable.
Ing. Marlon José Navarrete Espinoza.
22 de Junio, 2019.
MANAGUA.