EL MÉRITO DE EDIFICAR
TU VIDA.
La libertad es básica para que cualquier persona edifique su
vida según sus convicciones y sueños. Al tener libertad en una sociedad
pluralista en ideas, pensamientos, opiniones y conciencia, sin el temor de ser
reprimidos o censurados bajo amenazas, es el mejor escenario para edificar mi
ser y contribuir con la sociedad al mismo tiempo. Si yo me supero voy a
transmitir este progreso a los demás. Llegará el día en que me convertiré en un
ejemplo y podré sentir mi vida realizada con satisfacción y orgullo.
No olvidar que mientras estoy labrando mi destino necesito de
quienes me rodean y que otros me acompañen en ese mismo camino de realización
personal. Para construir el castillo de mi existencia debo comprender que
además de mis derechos, están por sobre todo, el respeto al cumplimiento de mis
deberes para con mi familia, mi comunidad, mi país y finalmente conmigo mismo.
Cumplir mi deber para ganarme un derecho, no al revés.
Decidir con responsabilidad todo lo que debo hacer de la
forma correcta sin que me obliguen, ni tampoco hacer lo que da la gana pasando
por encima de otras personas. Lo primero me hace esclavo del poderoso y lo
segundo me esclaviza a mí mismo, haciéndome daño. No dar cabida ni al libertinaje ni al
sometimiento. Tengo que demostrar al mundo la coherencia de mis pensamientos
junto a las acciones de mi vida para tener integridad y credibilidad ante los
demás. No necesito atentar contra mi propia integridad que cuesta tantos años
construir.
Superarme en la vida no significa de ningún modo esperar todo
regalado de alguien más o del aparente
generoso gobierno embustero y manipulador o de un dictador totalitario que
quiere le venda mi alma, mi ser y mi conciencia a cambio de sus beneficios
porque todo tirano me trata y me ve como a un muerto de hambre, sin ningún
respeto por mí mismo. Subir en logros de la vida no quiere decir también la acumulación
desenfrenada de riquezas con enfermiza ambición sin compartir nada olvidándome
de quienes no están bien.
Sabiendo distinguir la frontera de entre lo racional y lo
emocional, es ahí donde podré realizar mis sueños y alcanzar mis aspiraciones
cumpliendo mis metas, sean pequeñas o grandes según mi capacidad real y sin
importar el tiempo que me tome, el
esfuerzo que reclame o el precio en sacrificio que me exija. Con DIOS primero,
el apoyo de quienes me aman y mi convicción de lo que quiero es como llegaré al
triunfo verdadero.
Ing. Marlon José
Navarrete Espinoza.
10 de Junio de 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario