viernes, 4 de octubre de 2019

EL CAUTIVERIO DEL PENSAMIENTO Y LAS IDEAS.

Por la sombra real o imaginaria de un personaje siniestro que nos intimida y somete por el miedo, es que nuestras ideas y pensamientos no fluyen desde nuestra mente hacia el mundo real, porque esa carretera  imaginaria donde ellos se transportan, ya está bloqueada.

La primera víctima de la supresión forzada del pensamiento y el cautiverio de las ideas, es la creatividad. El miedo se apodera tanto de la persona que considera un insulto o un delito expresar algo novedoso. Multitud de iniciativas se pierden en el vacío y el olvido por este temor y no olvidemos que si al día de hoy, vivimos con los adelantos científicos y tecnológicos que disfrutamos, es gracias al ingenio de la creatividad. Pensemos en todas las posibilidades que se pierden para siempre, porque la creatividad no encuentra la puerta abierta de la iniciativa y la valentía.

Por consiguiente lo que a continuación padece su desaparición como otra víctima más, es el arte, el cual es una expresión natural de los dones de cada persona. Todos tenemos un don como un arte específico en nuestro ser que espera ver la luz para salir a mostrarse como la máxima realización en la creatividad. Al sentirse prisionero de la opresión malévola y también de la censura, se inhibe de enseñar su verdadero rostro.

De inmediato contamos como siguiente sacrificado a la iniciativa personal. Como nadie se atreve a contradecir al poderoso, se esconde o sale huyendo por los oscuros senderos del sometimiento, el conformismo, la indiferencia y finalmente la esclavitud de la mente e inevitablemente la esclavitud del cuerpo. Nuestro mundo moderno está lleno de dolor y sufrimiento, a veces extremo y salvaje, lo que no desaparecerá por sí solo sino hasta el día que tomemos la decisión de actuar y no solo hablar.

De ahí pasamos a la desaparición de la personalidad o la identidad propia, nos convertimos paulatinamente en máquinas programadas para actuar a conveniencia del que maneja los botones del poder y controla los movimientos, reprimiendo a la vez cualquier manifestación de libertad o independencia. Al convertirnos en seres sin alma nos atrapa y cercena toda opción de creer y actuar con criterio propio, nos roba la razón y nos transforma en algo parecido a los animales amaestrados, sumisos bajo el látigo del castigo supremo de su crueldad.

Lo último y más valioso que perdemos es nuestro espíritu. Eso ocurre cuando nos roban la esperanza de superarnos y subir en los peldaños del edificio de valores que nos llenan de orgullo y satisfacción,  riqueza y proyección ante el mundo, fuerza y vitalidad de expresión libre.
Nada peor que hacernos perder nuestra individualidad única e insustituible en el momento que nuestras ideas desaparecen y nuestros pensamientos están en la cárcel del miedo y el terror de la represión.

La riqueza más grande es el respeto por uno mismo, el mayor tesoro es la paz interior, la mejor fortaleza es mostrándome quién soy realmente y la grandeza  más evidente es cuando soy humilde para reconocer mis virtudes y también a su vez, mis limitaciones. No hay poder que se imponga siempre y triunfe al ser avasallador, sino cuando sirve a los demás y se alegra por ayudar a otros a ser mejores en su vida.

Soy  un héroe al mostrar que la razón está de mi lado, pero no necesito un baño de sangre para imponerla, sino compartirla con todos en debate e intercambio sano y civilizado, con respeto y tolerancia. Ahí es donde cambia la fría y hostil amenazante oscuridad de la noche por el fresco sereno de la alborada al amanecer.

Nunca debemos renunciar a expresar o comunicar  nuestras ideas y pensamientos. De otro modo dejamos de ser seres humanos. Hay un ser supremo al que llamamos DIOS y él nos hizo a su imagen y semejanza por amor principalmente. Seamos dignos de ese don y regalo divino.

ING. MARLON JOSÉ NAVARRETE ESPINOZA.

MANAGUA. 4 de Octubre de 2019.

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