sábado, 24 de abril de 2021
EL NUEVO EJE DEL MAL EN EL MUNDO.
Una nueva comunidad de tiranías anti occidente o también anti civilización, gobernada por malignos regímenes, autoritarios y déspotas como también saqueadores de la riqueza de los pueblos; son opresores de las libertades humanas y derechos de las personas.
Todos los pueblos con principios democráticos y de respeto a los derechos humanos en el hemisferio occidental y también en el lado oriental de la tierra, deberían darse cuenta con profunda preocupación, que existe una alianza renovada con intenciones perversas de someter y esclavizar al mundo, suprimiendo las libertades y derechos de las democracias.
En este nuevo eje del mal vemos claramente a un nutrido grupo de gobernantes dictadores, tiranos asesinos, mentirosos y manipuladores de la verdad que la acomodan a sus inhumanos y ambiciosos planes de dominio mundial Y no me refiero con eso a Estados Unidos o la Unión Europea. Me refiero a esa mafia de descarados cínicos hipócritas que maldicen dando la mano, escupen y dicen palabras empalagosas, tiran veneno y presentan una sonrisa, apuñalan y te abrazan, te hieren dejándote infectar y luego te ofrecen vendajes para curar tu herida fétida incurable, te ofenden y humillan al mismo tiempo que te soban la espalda para quedarte confiado y una vez descuidado, te disparan y van a tu velorio a llorar por tu pérdida. Hablan de derechos humanos criticando a otros, viendo la paja en el ojo ajeno, disimulando la viga en el suyo. Se valen de los valores democráticos para ascender al poder y una vez ahí torturan y matan a sus pueblos al que someten a los peores vejámenes, atropellos y abusos, dignos de psicópatas.
En este selecto club de pervertidos malévolos lo encabezan la Rusia de Putin y lo siguen la China comunista, Irán, Bielorrusia, Corea del Norte, Turquía, Siria, Cuba, Venezuela de Maduro, Nicaragua con Ortega, Bolivia y últimamente Birmania o Myanmar en Asia. Quieren formar un bloque de naciones paralelo a la ONU y se han unido dicen ellos, para enfrentar las sanciones y la injerencia en su soberanía por Estados Unidos y Europa. Sanciones que como todos sabemos son por su comportamiento corrupto y criminal contra sus países. El mundo civilizado está por desaparecer gracias a ellos y a su desprecio por el orden mundial.
En esta alianza maligna, siniestra y diabólica, de doble moral y doble discurso; ya no solamente se valen de sus armas nucleares o de destrucción masiva y de gigantescos ejércitos súper armados con los medios más destructores e intimidantes; también se valen de influencias económicas, sociales y culturales para aprisionar en su esfera de influencia a los países pobres o necesitados en apuros financieros y que no tienen capacidad de recuperarse en el corto plazo de sus graves problemas. Los presuntos salvadores son en realidad los verdugos.
Para encaminar mejor su proyecto expansionista de dominar y someter a la esclavitud saqueando las riquezas como buenos depredadores, se auxilian de grupos y organizaciones civiles satélites que responden a sus intereses y ambiciones de poder, pero todo siempre de forma encubierta, muy bien planeada, organizada y muy bien financiada.
Por supuesto que sueñan en grande para esclavizar a la humanidad provocándole gran agonía y sufrimiento, mientras ellos celebran con banquetes de impunidad y abundancia de lujos. Sueñan también con desaparecer y destruir, derrotar y quitar de su camino a la única potencia democrática con poder de enfrentarlos en el mundo, como son los Estados Unidos, el que a pesar de sus defectos, sigue siendo el único poder real que los detiene en sus planes. De otro modo hace ya mucho tiempo viviéramos como en la época del imperio Romano. Los derechos humanos y las libertades humanas ya serían un recuerdo nostálgico para nunca volver.
No disimulan su soberbia ni muestran remordimiento de sus crímenes o su desfachatez sin el menor pudor. Con orgullo enseñan sus colmillos con agresividad y violencia para infundir temor y terror con tal de sofocar o desalentar cualquier legítima rebelión. La punta de lanza de su ambicioso expansionismo esclavista son los movimientos de izquierda o mal llamados progresistas en América Latina, aglutinados en el foro de Sao Paulo y recientemente en el llamado Grupo de Puebla y por otro lado en la ideología de género y los colectivos feministas y movimientos raciales que supuestamente luchan por la igualdad con sus propuestas doctrinales, pero en el fondo, provocan enormes desigualdades sociales, raciales como de gran discriminación al sobre poner a unos grupos selectivos en deterioro de las mayorías.
Lo cierto es que no practican lo que predican, hay un gran abismo de incoherencia entre lo que dicen y hacen a sus pueblos, acaparando todas los medios de producción para convertirlos en oligopolios, mientras su gente se muere en la miseria. A los que deberían defender y proteger, son a los primeros que matan y torturan con el hambre y la sed de justicia. Ahí es donde se desnuda su odiosa hipocresía y por eso son una lacra social que deben desaparecer.
Pero aquí es donde nosotros debemos como individuos asumir nuestro papel histórico de nuestra propia existencia en el mundo actual. Debemos clarificar cuál es el lado en el que estamos luchando y si es el bando correcto, aquel que garantizará la verdadera libertad, el progreso, la prosperidad y la auténtica democracia para convivir y coexistir en paz, con calidad de vida aceptable y espacio para todos, compartiendo un destino común donde no seamos enemigos ni pretendamos aniquilarnos mutuamente para prevalecer por encima de los demás.
Combatir el mal no requiere de diplomacia tolerante y actitud débil, permisiva o timorata. Me remonto a un gran líder de la historia y de la biblia como fue Moisés, el que para liberar al pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, no se sentó a negociar con el faraón, sino que lo enfrentó con toda su fe, su convicción, su determinación, firmeza y honestidad. Para él, su pueblo estaba primero y DIOS por encima de todo y antes que todo. No como hoy en día que vemos a tantos vende patrias y parias de sus países, quienes por enriquecerse, se venden a las potencias esclavistas y dictadores corruptos, traicionando la confianza que sus compatriotas les depositaron con tantas esperanzas y sueños truncados.
El apocalipsis los alcanzará a ellos también y nadie va a extrañarlos ni llorar por ellos, las únicas lágrimas que merecen derramarse son las suyas por causar tanto dolor, pena y tribulaciones a sus desdichados ciudadanos que hicieron prisioneros de sus caprichos de grandeza.
Ya no podemos ser espectadores ni mantenernos al margen de la vida pública y de la política en el futuro de nuestros países porque con ese vacío les dejamos el espacio libre a depredadores y oportunistas que se convierten en tiranos que deciden por nosotros, al mismo tiempo que nos reprimen y destruyen como sociedad e individuos, nos roban el futuro y nos encadenan a la miseria, mientras ellos celebran la abundancia con opulencia ofensiva y degradante.
El futuro debe ser nuestro, no de emperadores o dictadores sanguinarios sin escrúpulos.
Ing. Marlon José Navarrete Espinoza.
Abril 6 de 2021. Managua.
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