lunes, 3 de febrero de 2020

HAMBRUNA DE JUSTICIA FRENTE A BANQUETES DE IMPUNIDAD.

 Gracias a una sociedad que se acostumbra a la desigualdad, en donde los que gozan del amparo a la sombra del tirano tienen muy bien asegurada la impunidad de sus crímenes, por muy atroces que estos sean o por más inhumanos y brutales que se muestren sin el más mínimo remordimiento o cargo de conciencia. Los crímenes no solamente contra los derechos constitucionales, contra las libertades individuales, contra los derechos humanos más elementales y fundamentales que resultan irrenunciables, no importan en lo absoluto porque son basura para quienes felizmente los agreden y violentan a su antojo protegidos por la maquinaria judicial y policial del un estado secuestrado y asfixiado en el remolino ideológico de una dictadura que desprecia y lacera a todo lo que no le conviene y sirve de forma rastrera a sus mezquinos y ambiciosos proyectos totalitarios y de intereses codiciosos de riqueza desmedida y atropellos sin límites contra su pueblo. Matar sin pagar las consecuencias, robar, despojar, usurpar y destruir lo ajeno es la fiesta de la rapiña en el poder.

 Eso mismo es lo que hemos visto desde hace cuarenta años de maldición rojo y negro y recientemente con mucha pena y dolor por la masacre sufrida y la violencia provocada para robar sus tierras a nuestros indígenas Mayagnas en Bosawas a como sucedió en los años ochenta en la dictadura militar sandinista  de intentar exterminar a los Miskitos en sus aldeas para desplazarlos a campos de concentración y muchos fueron asesinados en ejecuciones sumarias amarrados a postes de madera y ametrallados. Así que no es la primera vez que estas matanzas suceden en la impunidad contra nuestras comunidades indígenas quienes viven en la total indefensión con la desventaja de la distancia remota en sus territorios dispersos.

 En esa total indefensión se encuentra sumergida toda la sociedad ante un régimen para militar, represivo y violento y aún así muchos se niegan a llamarle dictadura, al igual que la comunidad internacional no acciona para abrirle al dictador un juicio por crímenes de lesa humanidad, dado el principio universal de prevalencia de los derechos humanos en todas las naciones y llevar ante las cortes a los asesinos o señalados responsables por genocidio. La justicia sigue siendo solo para los pobres o desamparados quienes más bien siguen padeciendo injusticias y por eso existe hambruna de justicia frente a los poderosos encumbrados del poder que siguen riéndose de sus víctimas, despreciando la ley y el derecho y celebran los jugosos banquetes de impunidad en que se embriagan sus ambiciones desmedidas e indetenibles. Mientras más acumulan, más desean tener en poder y opulencia.

 Las madres de los asesinados, los desaparecidos, los familiares de los presos de conciencia o por opiniones políticas, los mutilados, los miles de heridos, los estudiantes oprimidos, los niños vapuleados, las mujeres violentadas y los marginados en los asilos y orfanatos como en los centros de discapacidad, siguen esperando. Este pueblo tiene sed de paz,  hambre de justicia y mientras languidece, está viendo los enormes y abundantes banquetes de impunidad en crímenes e injusticia social.   

QUE DIOS TENGA PIEDAD DE ESTE SUFRIDO PUEBLO.

Ing. Marlon José Navarrete Espinoza.

3 de Febrero de 2020. Managua.

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