miércoles, 9 de junio de 2021

LA PESADILLA DE SER EMPRESARIO HONESTO EN NICARAGUA. Ser emprendedor está en la sangre del pueblo porque a la gente le gusta sentir el orgullo y la dignidad de ganarse su propio dinero y crecer financieramente para superarse en lo personal y darle una mejor calidad de vida con futuro prometedor a su familia. Es una aspiración legítima y un sentimiento muy gratificante que ayuda a dar felicidad a las personas, cuando ven que su empresa tiene éxito. Por empresario no entendemos solamente al gran capital, la oligarquía o las gigantescas corporaciones que les gusta aplastar a la competencia para acaparar el mercado en complicidad con el poder político. Hablamos que empresario es todo aquel emprendedor micro, pequeño, mediano o grande, que ofrece su producto o sus servicios al público y este es el que decide si le gusta o no y ahí está la base del éxito económico. Aquí cabe desde un vendedor de escobas, de verduras, de dulces o cajetas, de bisutería, de comida, de ropa usada, cereales, semillas, plantas, tortillas y más, hasta los pequeños locales de venta de todo tipo, pulperías, misceláneas, supermercados como tiendas y centros comerciales o los negocios ejecutivos de servicios técnicos y de profesionales. Viendo la otra cara de la moneda, es muy triste e indignante que precisamente los más pequeños y medianos emprendedores son tan castigados, chantajeados, extorsionados e intimidados por el peso represivo de la dictadura en el gobierno, la que de paso, no le importa que vayan a la quiebra o se queden hasta sin comer, con tal de pagar onerosos y abusivos impuestos tan elevados como antojadizos, propios de una mafia criminal asentada en el estado mismo, el que debería fomentar y proteger a la iniciativa privada y no tratarla como a su peor enemigo. El despilfarro de dinero es gracias al despojo de la riqueza que le hacen a los empresarios honestos y los que bajo una pesadilla tratan de ser legales y cumplir con la ley por muy injusta que sea y donde ya muchos, demasiados han tenido que cerrar con el dolor de su alma porque no pueden sostenerse y con eso la tiranía fomenta más desempleo, pobreza y mayor desigualdad social para el país, al convertir a los empresarios y propietarios en asalariados pobres. Además por si fuera poco, aquellos que aún logran sobrevivir tienen que soportar grandes sacrificios de enfrentar embargos judiciales por los bancos porque sus ventas no compensan los costos, no pueden pagar los préstamos y pierden todos sus bienes inmuebles ante las entidades financieras que actúan sobrevalorando las deudas adquiridas. Tienen que cargar el peso de un seguro social inepto, de una alcaldía rufián con hambre insaciable de recaudación. Los empresarios ven partir con pena cómo se les llevan los vehículos de trabajo, maquinaria y mobiliario. No bastando, se ven golpeados por constantes reformas fiscales o caprichos tributarios de aduanas que no les entregan a tiempo su mercadería y de sentencias judiciales muy injustas. Todavía para rematar, en lugar de lanzarles una cuerda de salvación o enviar un bote de rescate para que no se hundan, el gobierno dictatorial les lanza una enorme piedra para que terminen de hundirse y ahogarse en la bancarrota; al enfrascarse con una obsesiva terquedad, necia arrogancia y maldad perversa de negar por todos los medios que el país tenga paz y estabilidad en una real democracia con libertades y derechos. No se debe olvidar que un factor de destrucción de la iniciativa privada es la mentalidad anti patrón que la ideología marxista socialista ha cultivado en las mentes y corazones de los trabajadores. Les enseñaron a odiar al empresario, odiar su riqueza, odiar su éxito y le inculcaron que era correcto despojarlo de su prosperidad y hasta moralmente una obligación, robarle sus bienes porque son producto de la explotación inhumana del obrero y así mediante saqueos o demandas judiciales difamatorias, llenas de falsedades y calumnias, los llevan a la ruina boicoteando la producción de donde sale su plato de comida. Además les hicieron olvidar con facilidad que el patrón es quien les da trabajo, les paga su dinero `para vivir y mantener a su familia, les da beneficios y premios por destacarse en su labor, les da la oportunidad de salir de la miseria y la postración económica y aún con todo esto, odian al patrón, le desean el mal y denigran con chismes su honra e integridad personal. Para salir de la pobreza no se hace regalando lo ajeno o saqueando las riquezas ajenas y de todo un país en manos de unos pocos, como plantean las ideologías totalitarias y las tiranías de izquierda o igual los gobiernos corruptos insensibles, ambiciosos y despiadados. La única forma de salir de la pobreza en un país es creando puestos de trabajo y la inversión social en educación e infraestructura civil y esto no podrá hacerse realidad si se destruye o se elimina a los creadores de riqueza como son los empresarios. El progreso jamás llegará, arruinando al que quiere invertir su dinero, que por toda una vida se ha sacrificado renunciando a gustos personales y ahorrando, para un día ver realidad su sueño de empresa o negocio propio. Esa es el alma del nicaragüense que sueña en grande, quiere progresar y ser independiente. A partir de 1979, el empresario nicaragüense ha soportado grandes desafíos y calamidades para mantenerse a flote, pero siempre con una pistola en la cabeza amenazándolo, siendo despojado y extorsionado por el régimen dictatorial rojo y negro como de los políticos mediocres y corruptos. El estado es mediador y regulador para empresarios y trabajadores siendo imparcial, el estado no puede ser empresario propietario porque eso es comunismo; el socialismo es el gran creador de pobreza, ignorancia, estancamiento y atraso, mediante represión y suprimiendo las libertades y derechos de las personas. QUE DIOS NUESTRO SEÑOR NOS AYUDE A SALIR DEL CALVARIO Y LA PESADILLA. Ing. Marlon José Navarrete Espinoza. Managua 8 de Junio de 2021.

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