lunes, 1 de junio de 2020

CONFIANDO EN EL SEÑOR CONTRA TODO PRONÓSTICO NEGATIVO.

Esperamos confiadamente por la promesa de no dejarnos solos sobre todo a merced de nuestras desgracias, más aún cuando la peste de la pandemia se apodera de nuestro mundo y le ha arrebatado la existencia a quienes eran el pilar de su hogar o de aquellas personas  para quienes los fallecidos eran la columna de su felicidad o la piedra donde descansaba  su seguridad y razón de vivir. Un mundo donde impera la injusticia, la desigualdad entre una sociedad atormentada por la codicia y la miseria es imprescindible no seguir irrespetando ni profanando lo sagrado de Dios y la vida.

Las lágrimas se elevan a tu presencia y los gemidos de dolor vuelan a las alturas de tu trono universal, postrados claman tu benevolencia para que tu piedad sea manantial que consuele y refresque el sufrimiento de los pies quemados que se hunden en la arena ardiente del inmenso desierto de angustias y penas incontenibles,  asfixiados también  bajo un sol abrasador  de zozobra y desconsuelo o cuando la fatiga nos ahoga y el desmayo de tanto caminar  nos hace desplomar a morder el polvo,  impotentes de alcanzar la sombra de la tranquilidad y la paz  que tanto añoramos, es ahí mismo, en esas circunstancias donde sentimos la caricia de tu mano redentora. Tu vos sin palabras que nos llena de serenidad.

Al fin y al cabo todo lo que somos, todo lo que tenemos y todo lo que podemos, se lo debemos al Señor, nuestro único refugio seguro.

Ing. Marlon José Navarrete Espinoza.

Junio 2 de 2020. Managua.

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