CONFIANDO
EN EL SEÑOR CONTRA TODO PRONÓSTICO NEGATIVO.
Esperamos
confiadamente por la promesa de no dejarnos solos sobre todo a merced de
nuestras desgracias, más aún cuando la peste de la pandemia se apodera de
nuestro mundo y le ha arrebatado la existencia a quienes eran el pilar de su
hogar o de aquellas personas para
quienes los fallecidos eran la columna de su felicidad o la piedra donde
descansaba su seguridad y razón de
vivir. Un mundo donde impera la injusticia, la desigualdad entre una sociedad
atormentada por la codicia y la miseria es imprescindible no seguir
irrespetando ni profanando lo sagrado de Dios y la vida.
Las
lágrimas se elevan a tu presencia y los gemidos de dolor vuelan a las alturas
de tu trono universal, postrados claman tu benevolencia para que tu piedad sea
manantial que consuele y refresque el sufrimiento de los pies quemados que se
hunden en la arena ardiente del inmenso desierto de angustias y penas
incontenibles, asfixiados también bajo un sol abrasador de zozobra y desconsuelo o cuando la fatiga
nos ahoga y el desmayo de tanto caminar nos hace desplomar a morder el polvo, impotentes de alcanzar la sombra de la
tranquilidad y la paz que tanto
añoramos, es ahí mismo, en esas circunstancias donde sentimos la caricia de tu
mano redentora. Tu vos sin palabras que nos llena de serenidad.
Al
fin y al cabo todo lo que somos, todo lo que tenemos y todo lo que podemos, se
lo debemos al Señor, nuestro único refugio seguro.
Ing.
Marlon José Navarrete Espinoza.
Junio
2 de 2020. Managua.
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