HASTA
CUÁNDO SEGUIREMOS ESCUCHANDO EL LLANTO.
Hasta hace muy pocos
días, fueron asesinados otros dos campesinos al norte de Siuna Caribe norte, en
la zona de las Minas a manos de armados con uniformes militares. Más doloroso
que el propio crimen, fue ver a los niños llorando la muerte de sus padres en
el sepelio y los lamentos desgarradores de las esposas y demás parientes.
La gente honrada y
trabajadora está siendo criminalizada y en el peor de los casos, sin piedad
asesinada impunemente, mientras los verdaderos malhechores o criminales son premiados y gozan de
privilegiada libertad para cometer sus fechorías con la venia de la dictadura,
en contra del indefenso y desamparado pueblo de Nicaragua.
Es indignante que
después de toda la represión y atropellos a los derechos humanos que han
pasado, a la dictadura la sigan tratando con mano de seda o paños tibios y
hasta le ofrezcan una salida honorable de unas elecciones supuestamente
democráticas. Yo me pregunto si a Somoza
se le exigió a una sola voz su renuncia, de parte de la comunidad
internacional, organismos de derechos humanos del mundo e inclusive la OEA,
junto al pueblo insurreccionado de Nicaragua en ese tiempo, de la misma manera no se le
exige a Ortega que se vaya y abandone el poder, si es un dictador más brutal,
más corrupto y más sanguinario, falaz, mentiroso y genocida que Somoza mismo.
Mientras el tirano vive en su cueva con todas las abundancias de su ostentosa y
faraónica riqueza, el pueblo se retuerce en la miseria.
Lo peor es que mucha
de la oposición siguen peleando puestos o buscar una inmoral negociación con el
dictador, abandonando el verdadero objetivo de la revolución cívica de Abril
del 2018. Como si no supieran de quién se trata, están esperanzados con vanas
ilusiones de una reforma electoral y de unas elecciones transparentes en el
2021. Perdiendo el tiempo están, como a la vez legitimando al genocida y
dándole vida y oxígeno a como en el pacto con Alemán.
Apartando esa
desgracia, yo debo decir que cada lágrima derramada desde lo más profundo del
dolor humano en las familias de las víctimas, es una súplica que se eleva al
cielo y se convierte en oración ante la presencia Divina de DIOS. Ese grito
amargo de un sufrimiento inmerecido no quedará sin respuesta del Todopoderoso.
Pero es también
innegable que mientras la comunidad internacional siga dándole tregua o largas a la dictadura con sus notas de prensa
y pronunciamientos que en nada detienen a la criminal tiranía y la oposición se
continúe enredando en elecciones o reformas que nunca verán la luz del sol,
siendo a la vez insensibles con el dolor del pueblo; seguiremos escuchando las
lágrimas y llantos desgarradores de los niños, las madres, los ancianos y de
todo un pueblo.
Ing.
Marlon José Navarrete Espinoza.
17
de Julio de 2020.
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